ATRACTORES EMOCIONALES - PEA Y NEA
Los términos atractores emocionales positivos y negativos, o PEA y NEA por sus siglas en inglés, representan e interactúan de forma dinámica como estados emocionales de cada individuo.
¿Qué son exactamente los atractores emocionales positivos y negativos?
El atractor emocional positivo, PEA, y el atractor emocional negativo, NEA, son dos estados formados por diferentes características, emocionales, psicológicas, fisiológicas y neurológicas que crean una fuerza alrededor de nuestros pensamientos, sentimientos y comportamientos.
A partir de la teoría de la complejidad podemos definir que, estos dos estados se caracterizan por sus tres dimensiones:
* La exaltación emocional positiva versus negativa,
* El incremento hormonal de los sistemas nerviosos simpático y parasimpático,
* Y, la activación de dos distintas redes neuronales.
El PEA se caracteriza por variar los grados de la emoción positiva. Pero, ¿qué es la emoción positiva? La emoción positiva se refiere a los sentimientos que experimentamos y frecuentemente se expresan en respuesta a una situación placentera u objeto de placer.
Por ejemplo, experiencias como el nacimiento de un hijo, tal vez el logro de una meta largamente esperada, la llegada de una mascota.
Muchos de nosotros podemos relacionar todas estas experiencias como generadoras de sentimientos positivos en todos nosotros que representan un estado emocional positivo o PEA (Positive Emotional Attractor).
Barbara Fredrickson, reconocida investigadora en el campo de psicología positiva y las emociones, reporta que en su laboratorio, diez de las emociones más mencionadas son la alegría, gratitud, serenidad, interés, esperanza, orgullo, diversión, inspiración, admiración y amor.
Sin embargo, la emoción positiva por sí sola no induce al estado PEA. La emoción positiva de una persona debe también estar acompañada de la activación del sistema nervioso parasimpático y la red-neuronal llamada: red conocida por defecto.
El sistema parasimpático de hecho, es un subconjunto del sistema nervioso automático y juega un rol principal en nuestra salud y vitalidad. Esto incluye aspectos como nuestro descanso y funciones digestivas, nuestro sistema inmunológico, salud vascular y el sistema neuroendocrino. También apoya nuestra capacidad de compromiso social.
Ahora, la exaltación del sistema nervioso parasimpático también exalta al nervio vago y consecuentemente desencadena la emisión de un número importante de hormonas, incluyendo oxitocina en las mujeres y vasopresina en los hombres. La elevación de la emoción positiva en el sistema nervioso parasimpático durante periodos de tiempo está asociado con beneficios de salud e incrementa el bienestar en todos nosotros.
Estudios indican que estar en un estado PEA nos lleva a incrementar la apertura cognitiva y emocional así como la vitalidad física. Hay un incremento en la evidencia donde la neurociencia muestra que las experiencias PEA también activan una muy importante y específica red neuronal llamada red de modo automático.
La red de modo automático es una red neurológica asociada con nuestro funcionamiento social y razonamiento moral.
Por otro lado, el NEA en un rígido contraste al atractor emocional positivo, está caracterizado primero y principalmente por emociones negativas como el miedo, la ansiedad, la tristeza, el asco, y la desesperación.
Ya antes había abordado en artículos anteriores algunas de las emociones negativas y cómo gestionarlas en nuestras vidas (léase también artículos anteriores sobre las emociones).
También está caracterizado por la exaltación de un sistema nervioso diferente llamado el sistema simpático nervioso. El sistema simpático nervioso está asociado con la respuesta humana al estrés y es exaltada cuando sentimos que estamos frente a un peligro físico. También es exaltado cuando sentimos que hay algo importante a punto de ocurrir. Puede tratarse de algo que es incierto en nuestro entorno, y/o que está siendo evaluado.
Ahora, lo que es especialmente notable es que estos eventos no necesitan ocurrir para exaltar el sistema simpático nervioso en nosotros. Nosotros podemos exaltar al sistema nervioso simpático simplemente anticipando una de estas condiciones. Como por ejemplo el presentimiento de la posibilidad de ser despedido (sin que aún haya pasado)
Incluso anticipando sucesos en tu vida laboral o personal.
De este modo, toda una serie de situaciones pueden activar el sistema nervioso simpático. Así que aplicando esto al entrenamiento personal en coaching, una situación en donde el coachee se enfrenta con un rendimiento imperativo o en donde la visión personal de él o ella que se está compartiendo, está realmente anclada en sí mismo, casi siempre despierta la respuesta del sistema nervioso simpático en el individuo.
Ahora la capa final del NEA es la activación neurológica de una red diferente, esta es llamada la red de la tarea positiva. La red de la tarea positiva (TPN) es activada por acciones que requieren concentrar la atención, nuestra memoria de trabajo, razonamiento lógico y matemático en busca de una respuesta lógica a nuestra emoción negativa que logre solucionar el vacío procedente del estado negativo en el que nos encontramos o por lo contrario nos de argumentos para sumergirnos aún más en este emocional negativo.
La TPN nos permite tomar decisiones y resolver problemas y enfocarnos, por lo que tiene un propósito muy real.
A diferencia de los beneficios de salud asociados con las emociones positivas, la exposición prolongada a emociones negativas puede ser dañina para nuestra salud y bienestar.
Nuestra visión en realidad se estrecha y nuestra energía con el tiempo se agota cuando tenemos experiencias negativas.
En realidad la permanencia en estados emocionales negativos nos cierra emocionalmente, cognitivamente y psicológicamente. Entonces, ¿cómo es todo esto relevante en el entrenamiento personal para ser coaches de nuestra vida?
Bien, hay por lo menos dos razones primordiales que podemos discutir.
La primera es que sabemos que el resultado deseado de la mayoría de los entrenamientos en coaching es el cambio del comportamiento. Y el cambio sostenido del comportamiento, en su conjunto, empieza en el PEA.
La segunda razón es que para que el cambio sea sostenible más PEA que NEA es necesario.
El cambio perdurable se propuso cuando fue descubierta la teoría del cambio intencional. Esto es, cuando una persona pasa el tiempo descubriendo el YO ideal, descubriendo su visión y valores, por ejemplo considerando sus sueños más profundos y aspiraciones.
Cuando podemos hacer esto, considerar nuestros valores, le damos un propósito a todos los elementos del YO ideal. El sistema nervioso parasimpático a menudo se ocupa y los individuos frecuentemente experimentan estar en el PEA la mayor parte de sus vidas y de esta forma manejan también su accionar diario.
La activación del PEA también incluye aspectos como enfocarse en las fortalezas más que en las debilidades, considerar un plan de aprendizaje que nos deje lecciones valiosas para la construcción de nuestro ser, antes que en un plan de mejora sobre el tiempo que gastamos e invertimos en nosotros mismos, considerar las posibilidades en lugar de los problemas.
El sólo ejercicio mental de considerar situaciones negativas en nuestras vidas tiende a hacer una conexión con otros elementos en nosotros, como son el vacío y los conflictos internos que además desencadenan más sentimientos negativos, como el miedo, la ansiedad y la culpa, sin embargo frecuentemente e irónicamente, necesitamos emociones negativas para impulsarnos a actuar. Muchas veces es el temor a perder un estado ideal de vida lo que nos impulsa a crecer o dar el paso adelante.
Algo que distingue a los dos atractores (positivo y negativo) es que NEA es realmente necesaria para sobrevivir, mientras que PEA nos sirve para prosperar.
En la teoría de la complejidad, existe el término: atractores extraños y fue definida por Ed Laurance como algo que nos atrae hacía otras cosas y a su alrededor.
En nuestro caso, muchas veces lo que estamos atrayendo es el comportamiento de las otras personas, las actitudes y sentimientos. Cuando esto ocurre, quedamos atrapados en el atractor de otro, y tendemos a simular su estado de ánimo, los sentimientos, pensamientos, conducta, iniciando así un ciclo alrededor de otro ciclo que se auto-repite.
Para romper el ciclo, es necesario una especie de punto de inflexión, una experiencia agregada que nos mueva hacia nuestro propio atractor.
Como entrenadores en coaching, tenemos la oportunidad de generar esa atracción.
Para que ocurra un cambio y este sea sostenido, necesitamos más dosis de PEA que de NEA. Estamos moviéndonos constantemente entre estos dos atractores. Sin embargo, para que exista un deseo sostenido del cambio, la persona tiene que pasar un tiempo significativamente mayor en el PEA.
La Investigación hecha por Fredrickson y otros académicos nos dice que las personas florecen en sus estados ideales de vida cuando experimentan mayor número de emociones positivas que negativas.
La proporción de experiencias significativamente positivas en nuestras vidas predice un incremento en la capacidad cognitiva, hay un mayor bienestar, una mayor percepción de nuestro propósito y un mayor grado de compromiso con la familia, trabajo y nuestra sociedad.
En esencia, el pasar más tiempo en el PEA, nos permite espacios de conciencia donde diseñamos nuestro proyecto de vida más acorde a lo que esperamos lograr en nuestro camino.
Para hacer que una persona vaya a PEA desde NEA hay que facilitar la atención, esperanza, compasión o alegría, dignificar su valoración personal y permitirle encontrar las respuestas a su valoración personal en la proyección correcta que pueda hacer el sujeto sobre sí mismo.
Los Coaches pueden crear estos puntos de inflexión y guiar a una persona hacia el estado PEA por medio de diferentes medios. Por ejemplo, al formular preguntas que ayuden a conectarse con su pasión, considerar sus valores fundamentales, sueños acerca de su futuro. El coach también puede auxiliar al coachee ayudándolo a reconectarse con sus sueños y enfocándose en sus fortalezas. Estos son sólo algunas de muchas maneras en las que tú como coach puedes llevar a alguien hacia el PEA más frecuentemente.
Para ser eficaz como coach, necesitas reconocer tu propio estado emocional y el de la persona que estás entrenando, para poder moverse entre los dos estados con fluidez. Sabemos que no es fácil. Por lo tanto, para mejorar tu conocimiento personal te invito a completar este ejercicio reflexivo:
En el transcurso de la próxima semana, anota tus emociones. Trata de hacerlo tres veces por día, tal vez en la mañana, medio día y en la noche y al lado de cada sección de estas notas, escribe que está pasando en ese momento y cómo te estás sintiendo. Por ejemplo, si te sientes muy positivo, con mucha esperanza, muy alegre, enojado, si te sientes generalmente negativo, temperamental o quizás simplemente no estás seguro.
Asegúrate de tomar notas, o escribe algunas notas acerca de lo que estaba pasando en ese momento, pero evita el impulso de analizar qué está pasando. Tendrás la oportunidad de hacer eso al final de la semana.
Cuando la semana termine, revisa todas tus notas y hazte un par de preguntas:
¿Qué patrones veo en mi relación positiva-negativa conmigo mismo?
Si la positividad en general es baja, pregúntate, ¿cómo puede incrementarse?
También considera que hay relaciones con otras personas en las que estás propenso a la negatividad.
Y si es así, ¿hay cosas que tú podrías experimentar para tratar de introducir emociones más positivas en tu relación con las demás personas o contigo mismo?
Espero que este ejercicio te proporcione cierto conocimiento acerca de tus propios patrones emocionales y cómo estos te ayudan o tal vez entorpecen tu coaching.
Recuerda que el deseo del cambio sostenido comienza en el PEA y para que el cambio se afiance y sea duradero en lugar de fugaz, es necesario más PEA y menos NEA.
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