La teoría del cambio intencional.
Puede existir un cambio deseado sostenido a cualquier nivel, de individuos, diadas, equipos, organizaciones, comunidades, países; cuando relacionamos aspectos cognitivos, emocionales, psicológicos y neurológicos propios resultado de nuestras experiencias y los transformamos en oportunidades de aprendizaje para el desarrollo y crecimiento emocional.
La teoría intencional de cambio comparte ciertos aspectos comunes con una serie de teorías de cambio, motivación o búsqueda de metas. Por ejemplo, la teoría de autodeterminación de DC y Ryan sugiere que los individuos tenemos tres necesidades psicológicas básicas:
1. Necesitamos sentirnos competentes en lo que hacemos.
2. Necesitamos tener sentido de parentesco o conexiones significativas con otros.
3. Y necesitamos tener sentido de autonomía, estar en control de nuestras propias vidas.
La teoría del cambio intencional trata cada una de estas necesidades. desde un enfoque regulatorio. De acuerdo con Tony Higgins, este establece que hay dos orientaciones autoregulatorias separadas e independientes:
1. La orientación enfocada en promoción, que consiste en enfocarse en esperanzas o logros, en busca de un ideal enmarcado en un resultado positivo.
2. Por otro lado, la orientación enfocada en prevención, que se enfoca en la seguridad o certeza de hacer lo que se debe para prevenir resultados negativos.
Cuando aprendemos a ser auto gestionadores de nuestra vida, aprendemos que el coaching basado en la teoría de cambio intencional fomenta más una orientación enfocada en la promoción o la búsqueda esperanzada de nuestros sueños, una imagen ideal del futuro que queremos tener.
Finalmente, otra de las teorías relacionadas con la intención de cambio es la teoría de ampliación y construcción de Bárbara Frederickson, la cual sugiere que las emociones positivas amplían nuestra conciencia, logrando así abrirse, expandiendo nuestra perspectiva sobre nuestra realidad, haciéndonos más creativos y flexibles. Además, esta teoría argumenta que los efectos de las emociones positivas son duraderos.
Al crear recursos duraderos, que pueden ser psicológicos, intelectuales, físicos o sociales, consecuentemente mejoramos nuestro bienestar general.
Las emociones positivas juegan un papel clave en el cambio intencional. Basados en la complejidad de las teorías: la teoría del cambio intencional reconoce que el cambio de comportamiento no necesariamente ocurre en un continuo y suave cambio lineal. En su defecto, ocurre más en discontinuas ráfagas o rachas. La teoría sostiene que el cambio sostenido ocurre a través de la aparición de cinco de estas ráfagas que pueden ser descritas como epifanías o descubrimientos.
El primero de estos descubrimientos implica entrar en contacto con lo que llamamos el ideal en sí.
Entrar en contacto con el yo ideal requiere preguntarnos y luego contestarnos, ¿quién quiero ser en realidad?, y ¿qué quiero hacer realmente con mi vida, hablando ampliamente? ¿qué quiero hacer en mi trabajo? o ¿qué quiero hacer con mi carrera?
Todo esto nos ayuda a comprender que hemos construido hasta cierto punto en nuestras vidas, pero más grande que eso, es:
¿Qué quiero hacer con mi vida puntualmente? y ¿quién quiero ser, realmente, como persona?
Es una vista más holística. A veces las personas piensan que están recurriendo a un YO ideal, pero no se trata de un cuestionamiento continuo, más bien es una diferenciación entre ¿QUIÉN SOY YO?- ¿QUIÉN DEBO SER?, la conciencia que debe existir en nosotros sobre el YO ideal y el YO que debe ser.
Este proceso comienza con un enfoque personal de tu YO ideal, y el contraste con el yo real.
Entrar en contacto con el YO real involucra preguntarnos y respondernos, ¿quién soy hoy? Pero no es quién soy hoy en un sentido absoluto. Es, quién soy hoy en relación con quien dije que quiero ser?
Porque en relación a quien dijiste que quieres ser, hay ciertas áreas de tu vida donde quizás ya estés donde quieres estar y eso es fabuloso. Debes reconocerlo como una fortaleza.
Pero, para la mayoría de nosotros hay otras áreas en nuestras vidas, donde aún no hemos llegado al punto en el que queremos estar.
Aún no somos lo que queremos ser en algunos aspectos de personales. Y esas áreas están marcadas como un vacío, donde el YO ideal y nuestro YO real no están en sincronía.
Para lograr atender esos aspectos de nuestro YO que queremos establecer en el ideal, requiere enfocarnos realmente en ser conscientes, tanto de nuestras fortalezas como de nuestras debilidades y trabajar progresivamente en la creación de una agenda de aprendizaje.
La cual es, esencialmente un plan para hacer lo que te impulsa a cumplir los objetivos en la vida que colocan a tu YO real lo más cerca posiblemente alineado con tu YO ideal.
¿De qué forma te interesa crecer? ¿Qué te interesa aprender? Una consideración clave aquí, es que esta agenda o plan de aprendizaje debería comenzar en el reconocimiento y luego el apalancamiento y la construcción de las fortalezas que se tienen.
Y sólo entonces comenzar a cerrar los vacíos o debilidades que quieres cerrar.
No importa cuán complicado pueda llegar a ser esa agenda, recuerda que al final del día si continuas haciendo lo que siempre has hecho, continuarás siendo quien siempre has sido, punto.
Hacer un real cambio en tu vida requiere que hagas algunas cosas de forma diferente a como las has hecho históricamente.
Debes comenzar experimentando con alguna nueva conducta. Intenta algunas cosas que no hayas intentado antes. Y continúa ese proceso de experimentación hasta que encuentres algo que funcione.
Y cuando lo hagas, continúa transformando todo aquello de tu vida en lo que crees que puedes mejorar, recuerda que construir esa mejor versión de nosotros no se hace a través de caminos fáciles, pero tampoco pienses que debes andar por terrenos complicados, solo se trata de tener un poco de autoconocimiento, compasión y disciplina. La clave está en la continuidad que le des a esos nuevos hábitos transformadores de tu YO.
No practiques sólo hasta encontrar tu zona de comfort, aunque eso está bien, intenta volverte un maestro de tus emociones, de tus conductas, de tus sueños, de tus acciones, hasta que ya nunca más tengas que pensar en ello, hasta que sea parte de quien eres y lo que haces.
Ahora, hay que reconocer que los cambios de conductas significativos son difíciles, pero serás más exitoso en tus esfuerzos para cambiar si los insertas dentro de una red de confianza, creando relaciones de apoyo con otros.
En otras palabras, identifica a las personas valiosas a tú alrededor y apóyate en ellas.
Reflexiona mientras realizas tu proceso de cambio ¿Con quién puedes hablar sobre lo que quieres ser en el futuro? ¿A quién puedes ir para tener una retroalimentación honesta de quién eres hoy? Pero también, ¿en quién estás tratando de convertirte? ¿Quién puede ayudarte realmente a pensar en estrategias y enfoques para hacer los cambios en tu intento por lograr el YO ideal que has articulado?
Algunos pensarán: sí, yo puedo hacerlo solo. Pero buscar la ayuda de otros es crucial en este proceso. Así que, siempre asegúrate de rodearte de personas edificantes para tu proyecto de vida.
Cuando fusionamos todos estos aspectos en nuestro quehacer con nuestro YO, alcanzamos puntos de inflexión entre atractores emocionales positivos y negativos, esto nos obliga a movernos entre lo que queremos para nuestras vidas y lo que no, dejándonos abierta la oportunidad de decidir qué es lo que realmente estamos esperando construir para nosotros.
Por último no olvides poner mucha atención sobre tu estado emocional, hormonal y neurológico, pues cada parte de ti debe permanecer abierta al cambio, a ese cambio sostenido que deseas lograr para tu vida, permitiendo una ubicación física y sensorial del ideal de crecimiento dentro de cada una de nuestras vidas.
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