MI RELACIÓN CON LOS DEMÁS ES UN REFLEJO DE LA RELACIÓN CONMIGO MISMO
MI RELACIÓN CON LOS DEMÁS ES
UN REFLEJO DE LA RELACIÓN CONMIGO MISMO
Las creencias que
tenemos en nuestra mente y la forma en que vemos la vida, la familia y la
pareja son la base de la relación que tenemos con los demás.
Somos como un proyector que
refleja en la pantalla la información que tiene grabada en su interior.
No podemos lograr cambios en
la imagen de la pantalla luchando contra ella y tratando de cambiar a los personajes que allí aparecen. Por lo
contrario, necesitamos ir al interior del proyector y cambiar la programación
que genera estas imágenes.
De igual forma sucede con la
vida, lo que vemos es un reflejo de las ideas que tenemos y solamente
comenzando desde nuestro interior podremos cambiar la manera de pensar acerca
de lo que vemos.
Por ejemplo, si nuestros
pensamientos son principalmente pensamientos de miedo, preocupación y
pesimismo, esto es lo que veremos en nuestra realidad. Constantemente
encontraremos situaciones que nos angustian y viviremos reflejando nuestros
miedos en las relaciones con los demás.
Distinto a esto, cuando nuestros pensamientos son amorosos,
positivos y abiertos al cambio, tendremos una visión de nuestra realidad que
refleja estos pensamientos.
Esto no quiere decir que todo
siempre marchara tal y como queremos. Quiere decir que cuando las cosas no
sucedan como esperamos, estaremos dispuestos a aprender y a crecer a partir de
estas experiencias. Por lo tanto, si espero que algo externo cambie para que mi
manera de sentir y pensar cambie, estaré olvidando que es en mi propia mente
donde existe el poder para elegir la manera de ver cada situación.
En las relaciones con los
demás, siempre estamos esperando que sea el otro quién produzca ese cambio, y
entramos en un círculo repetitivo donde nos molestamos usualmente por las
mismas situaciones que esperábamos fueran diferentes. El cambio siempre empieza
desde adentro, en nuestro interior, dando aquello que queremos recibir, y
buscando permanentemente sentirnos tranquilos y abiertos a ver las situaciones
que nos perturban de una manera distinta.
Creamos situaciones
y después renunciamos a nuestro poder culpando a otros de nuestras
frustraciones. No hay persona, lugar ni cosa que tenga ningún poder sobre
nosotros. En nuestra mente, solo pensamos nosotros. -Louise Hay.
Desde nuestra infancia
comenzamos a aprender del mundo y las relaciones con muchas cosas que nos
gustaron y otras que nos generaron temor al rechazo, al fracaso, a vernos débiles,
a hacer el ridículo o al conflicto.
Quizá se presentó la ruptura
de una relación, la partida de un ser querido, situaciones de agresión o de
adicciones. A partir de las experiencias vividas comenzamos a crear una imagen
del mundo y las relaciones con los demás, poniendo barreras o mascaras de inseguridad,
mal humor, indiferencia, agresividad, entre muchas otras. Estas barreras las
colocamos como una manera de protegernos y de responder a las situaciones que
nos generaron miedo, pero al mismo tiempo al actuar de esta manera, ocultamos
nuestra capacidad de expresarnos libremente y entregar todo nuestro potencial.
De acuerdo a la PNL, cada persona tiene un modelo del mundo
que lo ha construido a partir de las vivencias y experiencias que ha tenido
desde la infancia. Por tanto, este modelo del mundo es diferente para cada uno.
Podemos preguntarnos: ¿Qué queremos
recibir de una relación? Tal vez respondamos cosas como: amor, respeto,
aceptación, tranquilidad, entre otras. ¿Es esto lo que nos estamos dando a
nosotros mismos? Si no nos valoramos, y amamos como somos, cuando recibimos un
poco de atención de otra persona, nos aferramos a este poco afecto y tememos
perderlo. Caemos en un apego afectivo. Es como un fruto aferrado al árbol, que
cree que sin él no podrá sobrevivir, pero se le ha olvidado que al madurar
tiene en su interior todo el potencial para dar semillas y dar vida a otros árboles.
Al fortalecer el amor propio,
la confianza, y la seguridad en nosotros mismos, se construyen relaciones más sólidas
y libres de apegos en la pareja, la familia y el trabajo.
La forma como vemos al mundo
depende de las ideas que abrigamos en nuestra mente.
En última instancia,
no existe “otra” persona, siempre estas al encuentro de ti mismo. - Eckhart
tolle
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