TASK BASED LEARNING, EL ARTE DE HACER TAREAS CON SIGNIFICADO.
https://www.linkedin.com/pulse/task-based-learning-aprender-con-tareas-autenticas-miriam-morron
El
aprendizaje basado en tareas (TBL) es un método de estructura para la lección que sirve
para secuenciar actividades dentro de la misma, con el propósito de obtener una
meta de aprendizaje con un progreso visible en cada clase.
En las actividades de TBL los estudiantes resuelven
una tarea que implica un uso auténtico del idioma, en lugar de completar simples
preguntas de lenguaje simple sobre gramática o vocabulario.
El aprendizaje basado en tareas es una buena manera de
hacer que los estudiantes se involucren y usen el inglés. Eso, más el elemento
colaborativo, genera confianza con el lenguaje y las situaciones sociales.
También se ha demostrado que está más alineado con la forma en que realmente
aprendemos un idioma.
Entonces,
¿por qué no todos los docentes o escuelas usan TBL?
Bueno, hay una serie de desventajas con el aprendizaje
basado en tareas:
Ø Los profesores lo intentan
una vez, y si no funciona, no lo vuelven a utilizar.
Usualmente lo que sucede es que la tarea no es
realmente una tarea, por esto vamos a conocer ms sobre este concepto.
Durante la década de 1970 hubo cambios considerables
dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje de los idiomas; se inició un
auténtico interés por manejar un enfoque comunicativo (Brumfit y Johnson 1979).
Como resultado de esto, los docentes empezaron a
reflexionar sobre la necesidad de que los estudiantes desarrollaran un
aprendizaje significativo y en contexto con su realidad, de tal forma que
comunicarse realmente tuviese como propósito transmitir información unos a
otros (ver Geddes & Sturtridge 1979; y Harmer (1983, 1st Edn.)
Para ese momento, la suposición parecía ser que no era
suficiente en la enseñanza de una segunda lengua centrarse solo en la
estructura del idioma, sino que era necesario que el proceso de enseñanza y
aprendizaje fuera acompañado de una autentica
preocupación por desarrollar la capacidad de expresar significados
(Widdowson 1978).
Relacionado con la idea de usar un lenguaje accesible,
el método de enseñar idiomas se reinventó y, rediseñó el concepto de tareas
para el aprendizaje. De esta forma, uno
de los problemas en el proceso de enseñanza y aprendizaje de los idiomas,
relacionado a encontrar lecciones interesantes cuya funcionalidad traspase las
paredes del salón de clases, puede subsanarse al adoptar un programa curricular
que constantemente convoque al estudiante al uso de un lenguaje funcional en la
adquisición de los idiomas, tareas con un propósito significativo, cuyas
acciones puedan replicarse en la cotidianidad del aprendiz para resolver
problemas o situaciones de su vida real y los involucran en actividades típicas de comunicación. Las tareas para
el aprendizaje deben dar respuesta, entre otros aspectos, a la pregunta ¿Por
qué tenemos la necesidad de aprender a comunicarnos en otros idiomas?
TBL se desprende de la idea central sobre aprender
estructuras gramaticales como foco del proceso de aprendizaje, la propuesta de
este método es que los alumnos adquieran este aspecto como un subproducto de la
realización de las tareas.
¿Qué hace
que una actividad de aprendizaje de una segunda lengua sea una tarea
pedagógica?
Las tareas deben tener cierto parecido con el uso que
se le da al lenguaje en la vida real; lecciones basadas en actividades
auténticas que hagan parte de quehaceres del mundo real, por ejemplo: ensamblar
un instrumento, dar una instrucción para hallar una dirección, leer un mapa,
salir de compras para aprender a comunicarnos con el uso del lenguaje tanto
para expresar lo que deseamos como para entender el uso y valor del dinero. “Este
tipo de tareas puede ayudar a los alumnos a ver la relevancia del lenguaje y la
práctica de su uso” (Richards, 2001).
Diversas investigaciones en el campo, entre estas la
investigación sobre pedagogía realizada por el Centro de Investigación Paul
Pascal de la Universidad de Bordeaux, indican que “los estudiantes tienen pocas
oportunidades para extender y aplicar en su contexto el habla y la escritura
durante el desarrollo que hacen en su proceso de aprendizaje de idiomas”, incluso la investigación estableció
que el trabajo colaborativo propuesto en las actividades académicas dentro del
plan de clases de los cursos de lenguas extranjeras no saca ventajas de las
oportunidades evidentes que habilita un trabajo grupal para interactuar con
otros en contexto. Basándose en esto, la idea principal es que las actividades
propuestas como tareas para el aprendizaje deben habilitar al aprendiz para
desenvolverse efectivamente en su vida cotidiana, de modo que el estudiante
aprenda cómo actuar en una situación que podría presentársele en el mundo real.
Un rediseño de las tareas para el aprendizaje con un
enfoque en el lenguaje y la transferencia que utilizan los alumnos (habilidad
lingüística) a situaciones de la vida real es urgentemente necesitado.
Otras sugerencias hechas por grupos focales en
investigación pedagógica, sobre la enseñanza y el aprendizaje de las lenguas,
incluyen la introducción de actividades como el teatro y los clubes de lectura
para mejorar el dominio del lenguaje oral de los estudiantes; se recomienda que
el plan de estudios incluya textos con enfoque en situaciones del contexto
real, temas relacionados con la actualidad del estudiante, diálogos que permitan
una réplica efectiva en la cotidianidad de los mismos, un uso funcional del
lenguaje con el propósito de darle un significado naturalista que impulse el interlenguaje, es decir, el desarrollo
estructural del lenguaje.
Como lo expresó Hatch (1978, p 404): “Se aprende a conversar, al interactuar
verbalmente, y fuera de esta interacción, las estructuras sintácticas son
desarrolladas como necesidad para una comunicación efectiva”
Las implicaciones que algunos pedagógicos expusieron
como desarrollos fueron generalizados e influyeron en el diseño de los
programas de estudios de adquisición de una segunda lengua (White 1988), en
metodología (Nunan 1989), en evaluación (Morrow 1977, 1979), y una propuesta
temprana (e influyente) para el uso de tareas auténticas propuesto por Peter
Skehan, profesor de lingüística aplicada en King's College, Londres.
Peter Skehan publicó 4 criterios fundamentales para
definir y caracterizar el aprendizaje e instrucción basado en tareas:
1.
Primero. Las tareas
pedagógicas son actividades donde el significado es primordial.
En otras palabras, las
tareas son diferentes de las actividades tradicionales de aprendizaje de
idiomas, que a menudo implican el uso de un lenguaje contextualizado y se
centran exclusivamente en un aspecto particular del lenguaje. Por ejemplo
gramática o vocabulario.
2.
La segunda característica
de las tareas es que hay algún problema comunicativo que resolver.
En literatura, esto
también se conoce como una brecha (gap), por ejemplo, una brecha de información
(gap information), o una brecha de opinión (opinión gap), entre los actores en
la comunicación.
Un ejemplo de esto puede
ser en un ejercicio de orientación, un estudiante puede conocer la instrucción
para llegar a un lugar y el otro no; en este momento la tarea tiene un objetivo
por resolver y eso precisamente hace de esta tarea un aprendizaje.
3.
El tercer criterio de la
tarea dice que existe algún tipo de relación con las actividades del mundo
real. En otras palabras, las tareas son similares a las actividades que las
personas realizan en la vida real.
Tareas auténticas que
reflejen un aprendizaje con sentido, donde el estudiante visibilice una
oportunidad de aplicarlo al contexto de su vida real.
4.
Una cuarta característica
que define el TBL tiene que ver con cómo se evalúa.
En este sentido las tareas
se evalúan no solo por su estructura lingüística sino también en términos de
los resultados no lingüísticos de la tarea. Por lo tanto, el docente no solo
debe interesarse por la calidad del lenguaje utilizado durante la ejecución de
la tarea, sino también si se ha cumplido el propósito comunicativo real de la misma.
Un ejemplo de esto es si
queremos enseñar a otra persona como preparar una comida. Damos una instrucción
clara, en términos gramaticales, sobre qué ingredientes utilizar para preparar
una comida, pero no damos la instrucción sobre el proceso de su preparación, lo
que lleva a la persona a otro lugar distinto del objetivo inicial, que era
preparar la comida en los términos que se sugiere.
Otros ejemplos de aprendizaje basado en tareas
incluyen ordenar en un restaurante, describir una enfermedad a un médico,
contar una historia basada en imágenes, escuchar una conferencia académica,
escribir una carta de presentación para una solicitud de empleo o leer un
correo electrónico que requiera una acción de seguimiento.
Tenga en cuenta que esta lista indica que la tarea
puede involucrar cualquiera de las cuatro habilidades: hablar, escuchar,
escribir y leer. Es un error pensar que el aprendizaje basado en tareas solo se
refiere a actividades orales o actividades que dependen de la habilidad de
hablar.
Curiosamente, durante la década de 1980, ocurrieron
dos desarrollos importantes. Primero el término "actividad
comunicativa" fue reemplazado por el de "tarea", aunque hacen
referencia esencialmente a lo mismo (Rubdy 1998). En segundo lugar, surgieron
posiciones a favor y en contra del enfoque basado en tareas como instrucción
pedagógica. En general, los proponentes de la posición en contra tiende a asumir
que el aprendizaje basado en tareas no puede ser el impulso para el diseño de
programas de estudio de adquisición de una segunda lengua; esta posición en
contra considera que el uso de tareas es un complemento de la enseñanza basada
en estructuras claramente establecidas en los enfoques metodológicos
tradicionales (Bruton 2002). En contraste, se encuentran aquellos que tienen
una visión más sólida sobre el propósito de las tareas y que generalmente
encuentran en los estudiantes un compromiso sobre sus procesos individuales de
adquisición de una segunda lengua en la medida en que las tareas les habilitan
expresarse o actuar en su cotidianidad de manera satisfactoria.
Una primera reacción (Long 1983, 1985a) fue argumentar
que la interacción es crucial, al igual que lo son, las oportunidades que
brinda el aprendizaje basado en tareas a los alumnos para recibir comentarios
personalizados y oportunos en el desarrollo y especialización de sus
habilidades de interlengua por parte de sus maestros, orientadores o compañeros
(Pica 1994).
Es importante comprender que las tareas para el
aprendizaje brindan la oportunidad para la promoción de habilidades como
expresarse, comprender y descubrir nuevos significados, comprobar la capacidad
de comprender a otros efectivamente, confirmar competencias adquiridas, y otros
aspectos importantes para la comprobación de la adquisición y perfeccionamiento
de la comunicación en una segunda lengua.
Ahora que hemos definido la noción de tarea, veamos
algunas consideraciones o aspectos que
se utilizan para diferenciar entre tipos de tareas.
Lo primero será comprender la diferencia entre tareas con
objetivo y tareas pedagógicas.
Michael
Long hace una distinción importante entre lo que él llama tareas con objetivo y tareas pedagógicas.
Las tareas pedagógicas, a menudo, constituyen
una subtarea de la tarea con objetivo. Por ejemplo, una simple subtarea
asociada a una tarea con objetivo puede ser llenar un formulario.
Usualmente completar la primera sección de un
formulario requiere que las personas proporcionen información sobre sus datos
personales, incluido su nombre, dirección, número de teléfono, dirección de
correo electrónico, etc. En este sentido mientras que la persona está
realizando una tarea objetivo que es la de diligenciar un formulario, cumple
con una tarea pedagógica en la adquisición y consolidación del lenguaje al
tener que proveer satisfactoriamente información personal en el idioma
extranjero, lo que brinda la oportunidad de practicar conceptos básicos sobre
la siguiente función lingüística:
·
Dar y solicitar información general personal.
A veces, la distinción entre tareas con objetivo y
tareas pedagógicas puede resultar borrosa, por eso es importante comprender que
si bien una puede derivarse de la otra, es realmente importante que la tarea
pedagógica persista dentro de la complejidad de la tarea con objetivo, ya que
en última instancia es esta la que va a habilitar al estudiante a perfeccionar
sus competencias con el idioma.
Podemos, por ejemplo, pedir a nuestros estudiantes que
realicen tareas específicas de la vida real con un propósito pedagógico en
mente. Esto puede ser:
ü Pedir direcciones en la
calle
ü Pedir un café o una comida
en un restaurante
ü Hacer parte de una
actividad que los obligue a tener que comunicarse en el idioma extranjero para
poder explicarse o expresarse para interactuar con otras personas.
ü Como parte de un proyecto
de colaboración escolar internacional, podemos realizar clases espejo o
participar de ellas.
Ahora bien, así como las tareas con objetivos se
refieren a hacer algo fuera del aula y en el mundo real, las tareas pedagógicas
se refieren a las tareas que los estudiantes realizan en el aula y que
involucra al estudiante a comprender y a producir en el idioma de destino
(lengua extranjera) enfocándose en transmitir el significado y no preocupándose
demasiado por la forma.
Otra distinción en los tipos de tareas que se pueden observar en el
método de TBL son las tareas unidireccionales
y bidireccionales.
Las
tareas unidireccionales son aquellas en las que un participante tiene toda la información a
transferir; como resultado, este participante es el responsable principal de la
completitud con éxito de la tarea.
Una tarea unidireccional, por ejemplo, podría
involucrar a un estudiante dando instrucciones a otro participante sobre como
completar un rompecabezas, mientras el otro deberá seguir las instrucciones
para poder terminar la actividad con éxito. Esta tarea tiene similitud con un
escenario de la vida real, por ejemplo, en los procesos de liderazgo dentro de
las empresas, o la habilidad para seguir instrucciones precisas.
Por otro lado, en las tareas bidireccionales, todos los participantes deben participar
activamente en la tarea para que se pueda completar con éxito.
Un ejemplo de una tarea bidireccional es encontrar las
diferencias entre imágenes similares; con esta actividad los alumnos aprenden a
trabajar en grupo, identificar las
diferencias entre sus puntos de vista y perspectivas. Esta actividad en
particular los impulsa a comunicarse unos con otros y a debatir reflexiva y críticamente.
Una tercera distinción sobre los tipos de tareas es
sobre si las tareas son abiertas o cerradas.
En las
tareas abiertas no hay un resultado predeterminado que los participantes deban lograr.
Por lo contrario, en las tareas cerradas
es claro el objetivo o meta a alcanzar con la tarea, la cual usualmente se
refiere a una solución determinada, es decir, hay una respuesta correcta predeterminada.
Una tarea de secuencia en una historia es una tarea
cerrada si los participantes tienen como objetivo dentro de la tarea colocar
los eventos en el orden cronológico dentro de la historia. Esta instrucción se
define tarea cerrada porque solo hay una
solución lógica.
Por otro lado, si los participantes son libres de
inventar cualquier historia a partir de un conjunto de imágenes que incluso
pueden no estar relacionadas, la tarea podría decirse que es abierta, ya que no
hay una solución predeterminada, sino más bien la oportunidad de ser creativos
y desarrollar sus habilidades lingüísticas para expresar sus ideas.
Una distinción adicional sobre tareas es la convergencia o divergencia.
Las
tareas convergentes son aquellas donde los participantes deben llegar a un acuerdo sobre el
resultado de la tarea. Por otro lado, en
las tareas divergentes, los participantes no necesitan ponerse de acuerdo
sobre la solución de la tarea. Un ejemplo de tareas convergente puede ser la
toma de decisiones, donde, por ejemplo, los participantes deben decidir y
llegar a acuerdos sobre cómo organizar un proyecto de feria escolar.
Un ejemplo de tareas divergentes podría ser, en
cambio, una actividad en las que los
alumnos discuten los pros y los contras de un problema. Por ejemplo, se les
puede pedir a los participantes que discutan cuál podría ser la mejor manera de
disminuir las probabilidades de contagio de coronavirus, o debatir sobre la
contaminación o el calentamiento global.
El resultado no lingüístico de este tipo de tareas
(Convergentes o Divergentes) podría ser una lista de las sugerencias que
surgieron en las discusiones.
DISEÑO DE
PROGRAMAS O PLANES DE ESTUDIO BASADOS EN TAREAS: La justificación del uso
de tareas en la enseñanza de idiomas.
En el proceso de enseñanza y aprendizaje de idiomas
basados en tareas, estas son
unidades clave en el diseño del programa de estudios; sin embargo, no son el
factor principal. Tanto el programa de estudios, como la evaluación se
determinan en términos de tareas pedagógicas.
En un programa de estudios convencional de idiomas, la
enseñanza y el contenido del curso generalmente se especifica en términos de
elementos lingüísticos como gramática, vocabulario y funciones.
Un programa de estudios sobre gramática, por ejemplo,
podría definir su plan de estudios en términos de construcción de estructuras
gramaticales, como el presente simple, el presente progresivo, etc.
En cambio, en los programas de estudios en lenguas que
están basados en la metodología de
aprendizaje por tareas (TBL), su base no la constituye un plan de estudios
enfocado en construcciones lingüísticas; por lo
contrario, son las tareas pedagógicas las que impulsan el diseño del programa de
estudios.
Esto significa que la elaboración de un programa de
estudios basado en tareas requiere seleccionar adecuadamente las tareas que
realizarán los alumnos debido a que el propósito del programa es que, a través
de las tareas, el estudiante pueda aprender efectivamente el idioma de manera
funcional.
Un aspecto importante al desarrollar planes de
estudios con el método TBL es decidir el orden o secuencia en que se
presentarán estas tareas a los alumnos, porque aunque las tareas, como ya lo
hemos relacionado, desempeñan un papel clave en el programa de estudios, no
constituyen necesariamente el principio organizador del programa; es decir, que
el programa de estudios en lenguas se define en términos de qué competencias o
habilidades en gramática, función, léxico o temas se quieren alcanzar o son el
objetivo de aprendizaje y, posteriormente, definir la secuencia de tareas que
apoyaran la consecución del factor pedagógico: aprender a comunicarse de manera
satisfactoria en otro idioma.
Las tareas son herramientas pedagógicas flexibles,
cuyo uso no se debe limitar al método de TBL, sino que debemos valorar la tarea
como una unidad de diseño para la organización de un programa de estudios en
lenguas, indiferentemente del método o enfoque que vayamos a utilizar; lo
esencial es conocer qué es una tarea y qué tipos de tareas van a cumplir un rol
definitivo en el currículo que se ofrece a los estudiantes para la consecución
de sus competencias y habilidades en idiomas extranjeros.
Existen muchas razones para definir que el método Task
based Learning (TBL) resulta beneficioso para estudiantes y maestros. Entre
estos, muchos teóricos e investigadores en metodologías para la adquisición de
segundas lenguas están de acuerdo en que la instrucción es más eficaz cuando se
basa principalmente en el sentido de significancia. Obviamente debemos asegurar
que dentro de la adopción de una metodología de aprendizaje basada en tareas se
logren las metas académicas sobre las características del lenguaje como lo son:
gramática, el léxico, la pronunciación y la pragmática.
Las tareas con objetivo tienen un gran potencial para
generar muchas oportunidades en el uso significativo del lenguaje.
De hecho, por definición, las tareas se basan en el
significado,; lo importante siempre será asegurar que adicional al propósito
significativo de una tarea con objetivo, se cumpla también con la base
pedagógica de la tarea, que debe ser
proporcionar una plataforma para la instrucción centrada en el idioma.
En resumen, las tareas pueden integrar un enfoque en
el significado con un enfoque en el lenguaje.
Otro fundamento para el uso de tareas en la enseñanza
de idiomas proviene del hecho que establece que la educación beneficia más a
los estudiantes si se centra en el rol del estudiante en lugar de en el
material o en el maestro, sin dejar de lado que se debe asegurar brindar a los
estudiantes los recursos y materiales apropiados para desarrollar el proceso
educativo, es claro que, aprender haciendo es más beneficioso que aprender
sobre las cosas que hacemos.
El aprendizaje basado en tareas claramente implica
aprender haciendo mientras los estudiantes participan en actividades que se
asemejan a lo que hacen en la vida real usando el idioma.
Las tareas también centran su atención en el desempeño
del alumno. Por lo general, los profesores cumplen un papel de facilitadores,
más que de liderazgo, en las lecciones basadas en tareas.
Por último, es necesario expresar que el aprendizaje
basado en tareas proporciona a los estudiantes una práctica relevante para sus
propósitos académicos, ocupacionales, vocacionales o de supervivencia social.
Explorar, conocer e identificar cuáles son las
necesidades de mi grupo de estudiantes, me permite como maestro brindar la
oportunidad de asignar tareas que pueden
ser útiles y relevantes para mi grupo particular de estudiantes, motivándolos
de esta forma a completar las actividades con interés y compromiso.
ESTRUCTURA
DEL APRENDIZAJE BASADO EN TAREAS
En general, las actividades, lecciones o secuencias de
lecciones basadas en tareas se han descrito en términos de tres fases. Estas
tres fases reflejan un orden cronológico en el que ocurren.
La
primera fase es la etapa previa a la tarea.
Esta etapa incluye la gama de actividades que los
profesores y los estudiantes pueden realizar antes de comenzar la tarea.
La segunda
fase o durante la tarea se refiere a la ejecución de la tarea en sí.
La fase
final se conoce como fase posterior a la tarea.
Esta fase implica actividades y procedimientos que se
completan como seguimiento del desempeño de la tarea.
Tenga en cuenta que a menudo existe una fina línea
divisoria entre lo que constituye una determinada fase. Sin embargo, sigue
siendo útil considerar cuál es el objetivo general y la razón fundamental de
cada etapa.
La fase
previa a la tarea tiene como objetivo preparar a los estudiantes para la realización de
la tarea asegurándose de que sea propicia para la adquisición de la meta u
objetivo de aprendizaje en lenguaje.
Peter Skehan sugiere que esto se puede lograr mediante
la introducción de actividades que permitan a los estudiantes concentrarse en
el lenguaje además del contenido mientras se dedican a la tarea en sí.
Un ejemplo de tarea previa puede ser recordar a los
estudiantes los elementos de vocabulario y gramática que han cubierto
anteriormente. También pueden ser actividades centradas en el contenido. Las
actividades centradas en el contenido pueden ser por ejemplo, observar el desempeño
de una tarea similar y brindar orientación sobre la expectativa de realizar una
nueva tarea bajo parámetros similares; también puede ser un ejemplo, entregar una rúbrica de evaluación a los
estudiantes para que de manera previa identifiquen que se espera de ellos en la
consecución de la tarea o proporcionar conocimientos previos.
En la
etapa durante la tarea, los estudiantes se enfocan en completar la tarea. En esta etapa, los
estudiantes pueden trabajar individualmente, en parejas o en grupos. Los
maestros pueden optar por mantener un seguimiento del desempeño de los
estudiantes brindándoles asistencia con las estructuras del lenguaje que son
relevantes o meta de aprendizaje para la tarea, asegurándose que los
estudiantes sigan los procedimientos de la tarea prevista o evaluando el
lenguaje del alumno y su progreso.
Alternativamente, los profesores pueden asumir un
papel más pasivo y ofrecer ayuda a los estudiantes solamente cuando surjan
problemas de comunicación o cuando los estudiantes lo soliciten.
Finalmente, como parte de la fase posterior a la tarea, el maestro puede involucrar a los
estudiantes en actividades de lenguaje claramente enfocadas, promover una
atención más explícita a la forma, la gramática y el lenguaje. Por ejemplo, se
les puede pedir a los estudiantes que repitan la tarea frente a una audiencia.
Es probable que esto los empuje a usar un registro más
formal y también una sintaxis más compleja.
Otra actividad posterior a la tarea que se emplea con
frecuencia consiste en pedir a los estudiantes que brinden un informe sobre el
resultado o los hallazgos de la tarea. En este caso, el docente actúa como moderador.
Es
importante que los maestros concienticen a los estudiantes sobre por qué están
haciendo las cosas de la manera en que lo hacen.
El aprendizaje basado en tareas brinda muchas
oportunidades para que los estudiantes practiquen el uso del lenguaje de manera
comunicativa. Habla, escucha, lee y escribe.
Hay mucha evidencia en investigación que muestra que
la comunicación es una forma realmente efectiva de desarrollar el lenguaje y
las habilidades comunicativas.
Cuando los alumnos practican el idioma a través de
tareas con objetivo, les resulta más fácil ver la relevancia de lo que están
haciendo para el mundo fuera del aula y transferir estas habilidades
lingüísticas al mundo real.
Incluso las tareas con significancia dan la
oportunidad al estudiante de resolver las actividades propuestas de acuerdo a
sus fortalezas y le permite tanto a estudiante como a maestros identificar las
debilidades dentro de la clase. El enfoque basado en tareas propone un método
en el que es claro que no todos aprenden lo mismo al mismo tiempo, y esto es
bueno porque es una oportunidad para aprender a comprender las diferencias de
unos con los otros y valorar el aporte de cada uno dentro del aula de clases.
De esta forma, unos estudiantes pueden desarrollar una versión más sofisticada
de la tarea, y otros pueden simplificarla; siempre que lleguen a un resultado,
está bien. Las tareas son realmente útiles para ayudar a los profesores a
gestionar el aula de clases y en cierto modo, los principios que subyacen a la
enseñanza basada en tareas están muy en sintonía con los enfoques y discursos
actuales en cuanto a que los profesores proporcionan un tipo de entorno rico en
adquisiciones para los alumnos. TBL ofrece muchas oportunidades para que los
alumnos expresen sus propias ideas y opiniones y para que los maestros establezcan objetivos que le den un propósito
a la pregunta que lo inicia todo: ¿Por qué necesitamos aprender a
comunicarnos en otro idioma?
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