¿PORQUE ACTUAMOS ASÍ?

¿Por qué actuamos así?

Sería fácil concluir que todos somos iguales, si lo definimos desde el punto de vista de derechos humanos, o incluso desde la espiritualidad; sin embargo, si nos adentramos en la forma en que está compuesta nuestra vida, nos damos cuenta que tenemos diferentes formas de pensar, de aprender, de motivarnos, de comunicar lo que sentimos e interpretar la realidad. Nos movemos a través de filtros personales que vamos formando a medida que crecemos, como por ejemplo, situaciones que pasaron en nuestra infancia, estilo de educación de nuestros padres, y hasta el medio donde crecimos; y es de esta manera, a partir de estos filtros personales como percibimos el mundo.

Existen quienes responden a lo que dictan sus emociones y hay otros que prefieren razonar antes de actuar; hay personas habituadas a las rutinas y que encuentran un propósito en estas, y también hay seres dinámicos, con necesidad de cambios constantes; algunos son excelentes trabajando en equipo y otros en cambio dan lo mejor de sí en espacios de soledad.

Somos en realidad tan diferentes y de ahí que expresemos tan popularmente que cada cabeza es un mundo.

Entonces, imagina lo valioso que resultaría aprender a ver el mundo desde ópticas distintas para comprender las relaciones e interacciones humanas, apoyar asertivamente la educación de nuestros hijos, validar el rol, talento y esfuerzo de nuestros compañeros de trabajo, incluso aún en las relaciones más difíciles, con diferencias abismales, habría un puente de comprensión.

En nuestra vida cotidiana muchas veces erramos conscientemente frente a una misma situación y pese a que conocemos que nos equivocamos y realizamos todos los esfuerzos posibles por erradicar ese error de nuestra vida, volvemos a errar; esto se da justamente porque no llegamos a entender la dinámica del comportamiento humano; vemos los problemas desde la superficie y  muchas veces no nos detenemos a observar aquello que lo provoca.

Debemos aprender a despejar el camino que nos conduce a nuestra verdadera esencia e identificar qué tipo de personalidad tenemos, quiénes somos, por qué somos así, de manera que podamos ver más allá de lo que nuestra programación mental inconsciente nos dice y crear nuevos hábitos de pensamiento que sean más próximos al estado de plenitud y felicidad, eliminando creencias limitantes y reenfocando nuestra vida hacía la luz.

Por supuesto, lograr algo así requiere constancia, disciplina, un total desprendimiento del ego, y de todos esos filtros personales que hemos adherido a nuestra vida a lo largo de nuestro camino, llenarnos de amor propio y tomar la decisión de elegir un camino distinto al habitualmente escogido.

Esta comprensión superlativa del YO nos brinda además del conocimiento interior una forma más asertiva de relacionarnos con los demás, sin cargarnos emocionalmente por su forma de actuar, pero si desarrollando una manera efectiva de mantener con ellos una relación saludable, armoniosa y siempre cimentada en el amor, de manera que podamos trascender hacia una vida más humana, más armónica y coherente con la dignidad, el respeto, el amor y el servicio. Sin rótulos, sin juzgamientos, sin barreras, solo provistos de amor y comprensión para nosotros mismos y para con los demás a nuestro alrededor.

Comentarios

  1. Excelente. No es fácil identificar el por qué de muchas acciones que realizamos, tal vez actuamos como un mecanismo de defensa frente a situaciones adversas y desde ese punto creamos barreras que van definiendo nuestra forma de actuar.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

MI RELACIÓN CON LOS DEMÁS ES UN REFLEJO DE LA RELACIÓN CONMIGO MISMO

ATRACTORES EMOCIONALES - PEA Y NEA

La teoría del cambio intencional.