¿Cómo aprender a usar nuestra propia cabeza?
¿Cómo se comunican y actúan las personas con un alto
nivel de eficacia y habilidad en su campo de acción?
¿Podemos usar este modelo de actuar para aplicarla con
la misma efectividad en otros?
Todo esto eran cuestionamientos que el modelador, magister en psicología
teórica, matemático y doctor en informática Richard Blandler y el lingüista John
Grinder se formulaban, en búsqueda de comprensión sobre porque unos individuos
son de hecho más exitosos que otros.
De los resultados encontrados nace el método educativo de la programación
neurolingüística (PNL) que nos ofrece herramientas y técnicas que nos ayudan a
comunicarnos de manera eficiente, reorganizando nuestro modelo de pensamiento
de manera que las experiencias de vida, el modo como nos sentimos y actuamos nos lleve a un resultado
acorde con la vida que queremos tener.
La palabra PROGRAMACIÒN se
refiere a la organización de los componentes de un sistema de manera eficiente para logar el resultado adecuado; NEURO a los procesos neurológicos responsables
de cada uno de nuestros comportamientos; LINGÜÍSTICA
se relaciona con el lenguaje verbal y no verbal en que todos estos procesos neurológicos
son expresados.
La PNL permite despertar el
potencial interior en cada uno de nosotros y liberar las barreras de nuestra mente y
nuestro corazón.
Ya antes les he mencionado en otros artículos sobre las grandes
capacidades de la mente humana para analizar la información procedente de los
sentidos, pues estos datos son evaluados desde tres canales: el canal visual,
el kinestésico y el auditivo.
Aunque la mayoría de las personas percibimos estos tres tipos de estímulos, tendemos siempre a
especializarnos en uno más que en otros, por ejemplo, las personas visuales son
buenas recordando lugares o cosas y recodar tanto como para describirlas y en
cambio aquellos kinestésicos tienen una interesante tendencia a aprender a través
de la acción, siendo incluso más
expresivos emocional y físicamente. Los auditivos dan mucha importancia a la comunicación
verbal y todo aquello que escuchan.
Como educadora relaciono las diferentes formas y canales que los niños
utilizan para aprender y en ese ambiente es fácil identificar que cada uno
tiene su forma de comprender la realidad que perciben y conocer más sobre su
entorno de acuerdo a los talentos o habilidades que van desarrollando a través del
tiempo.
Comprender esta tendencia de nuestro cerebro nos lleva a tener presente
que cada ser humano interpreta la vida de forma distinta y subjetiva. Poder
valorar esta comprensión puede abrirnos una inmensa puerta a la paz interior, a la tolerancia y la armonía
en nuestras relaciones humanas.
Reflexionemos:
Algunas personas prefieren aquello que pueden ver por encima de lo que
escuchan; otras encuentran más certeza en lo que prueban, saborean, o tocan de
aquello que simplemente ven y hay quienes arman su mundo de acuerdo a la manera
en la que se habituaron a percibirlo.
Tomar decisiones, establecer metas y propósitos de cambio es una función
del cerebro consciente. Alcanzarlas y ponerlas en marcha es una función del
cerebro inconsciente; así que reprográmate, el 98% de lo que haces está regido
por tu cerebro inconsciente, si quieres un cambio es allí por donde debes empezar,
la Programación Neurolingüística te permite creer y confiar en el ilimitado
potencial que existe en ti, te enseña a valorarte y sentirte capaz, aprender a ver las
dificultades como palancas de avance y al universo como un socio en la construcción
del proyecto de vida que deseas alcanzar.
Entre más determinación tengamos para entrenar nuestra mente, más rápidamente
nos liberaremos de pensamientos que lastiman o entorpecen nuestra vida y nos
centraremos en pensamientos que facilitan el fluir con la vida y la receptividad a la abundancia
y la felicidad.
Programémonos para vivir la vida y no solo existir!
Miryam Morron E.
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