SOLUCIONES O ALTERNATIVAS PARA MITIGAR EL PROBLEMA DE INDUCIR A SEMBRAR ODIO 1 PARTE:
soluciones o alternativas
para mitigar el problema de INDUCIR A SEMBRAR ODIO
1 PARTE:
Alguna vez
hemos experimentado emociones de rabia u odio hacia un pasaje de nuestra vida,
algo o alguien, quizás muchas veces nos llenamos de prejuicios frente a
situaciones que no comprendemos y hemos sido intolerantes frente alguna
situación. Ante estas complejidades de la vida tenemos dos opciones: Aprendemos
a entender la vida y agradecer por todas las cosas que nos suceden,
asombrándonos del milagro de la vida o cultivamos esa emoción negativa,
perdiéndonos en el camino de todo lo bueno que pueda llegarnos.
Para
mitigar el problema del odio debemos entender que esta emoción puede llegar a
ser tan intensa como el amor puro, pero podemos eliminarlo de nuestras vidas,
si decidimos ser felices en el sentido más simple de la felicidad, aprendiendo
a expresar nuestras emociones de forma positiva y perdonándonos a nosotros
mismos y a los demás, de manera que podamos sentirnos libres frente al cambio.
Estas experiencias sanadoras limpian y oxigenan la mente, alejan la energía
negativa de nuestro alrededor y nos orientan hacia una visión más sana de
nosotros mismos. Hay que cultivar las emociones buenas, celebrar la amistad, el amor, sonreír y decididamente
ser felices pese a todo lo que podamos vivir en nuestro camino por la vida; en
resumen, mantener nutrida nuestra alma con tantas cosas buenas que, al final,
aquellas no tan buenas no nos puedan afectar. Como el ser humano es un ser
social, debemos aprender a rodearnos de buenas personas y exponernos a
situaciones que nos causen bienestar, realizar actividades placenteras y como
dije anteriormente, agradecer la vida misma que, de por sí, ya es todo un
milagro!
Es
importante trabajar la comunicación y las habilidades para relacionarnos con
otros y ser mediadores de conflictos, transformando nuestra percepción del
universo hacia un lugar apacible donde todos somos iguales, aún si tenemos
diferencias, aceptando con amor y tolerancia a las personas que nos rodean.
Es
importante elegir la manera de pensar y sentir desarrollando habilidades que nos
permitan controlar nuestras emociones y
no que estas nos controlen a nosotros, ya que las emociones son el punto de
intersección entre mente y cuerpo y se experimentan físicamente aun cuando son
el resultado de una actividad mental.
Si nos
motivamos a nosotros mismos cuando sabemos lo que queremos conseguir y cómo
conseguirlo, no habrá necesidad de mantener sentimientos o emociones negativas
en nuestro interior, pues habremos fijados nuestros deseos como objetivos
claros que nos impulsen a diseñar una versión mejorada de nosotros mismos.
Pero, ¿de qué vale el autocontrol, el auto conocimiento y la regulación
emocional si no aprendemos a entender y celebrar las diferencias de los demás y
comprender lo que otras personas sienten, sabiendo ponerse en el lugar del otro
e incluso interesándonos por las necesidades de los demás, aprendiendo en el
proceso a percibir adecuadamente la perspectiva del otro?
Una de las
habilidades básicas para entender a las demás personas es saber escuchar, así
como atender también a su comunicación no-verbal; el desarrollo de la empatía
forma el núcleo central de los programas de prevención de la violencia y mitiga
el odio y la intolerancia.
Nosotros
somos los autores de nuestra vida; nuestras elecciones surgen y como
consecuencia tenemos la posibilidad de existir y por ello es importante elegir
ser felices nutriéndonos de bondad y amor
para optimizar nuestra salud emocional y nuestra salud física que están
en constante conexión, porque en definitiva sentir odio no es una sana opción de vida.
La
meditación y reflexión sobre nuestras ideologías puede servirnos como
herramienta para generar salud en nuestras vidas, ya que el área espiritual se
refiere a la dimensión más sutil de nuestro ser, y se conecta con una dimensión
más profunda donde reside la sabiduría, la paz, el equilibrio y la claridad que
nos aportará una visión correcta del mundo y quienes conviven con nosotros en él.
La
meditación es una fuente de paz y felicidad que siempre estará disponible si
decides practicarla y puede ser una solución a esas emociones negativas que
muchas veces sentimos en nuestro ser.
Entre los
maravillosos beneficios de la meditación está, entre otras, la reducción del
estrés, el poder prevenir la depresión, manejar la angustia, desintoxicar la
mente y mantener un contacto con la conciencia superior, trabajando en la paz
interior a través del perdón y practicando el no juicio hacia sí mismo o hacia
los demás, para disfrutar de la libertad con amor y centrar nuestra atención en nuestra
esencia de luz y la fuente divina que conduce el cauce de la vida.
Desde ahí,
comprenderemos que no hay nada que tengamos que controlar o forzar, ni que
debamos odiar porque reconoceremos que todo sucede de acuerdo a un plan
perfecto que tiene como único propósito sanar y aprender el amor total. Con esta filosofía de vida pasamos de vivir
presos del miedo o del odio, a abrirnos
a confiar en la manera perfecta cómo está diseñada la vida y observando cómo
todo lo que necesitamos se nos va mostrando cuando entregamos amor.
Parece
increíble, pero la plasticidad es una de las habilidades de nuestro cerebro y
esta característica se refiere a su capacidad de adaptarse a nuevas situaciones
y cambiar sus redes neuronales para lograrlo, por lo que la meditación como
método de liberación emocional le permite al cerebro reiniciar nuestro sistema
emocional y trascender del odio y el sufrimiento a la paz interior, creando afirmaciones
poderosas que anclaran ideas y emociones positivas en nuestro estado emocional.
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